martes, 11 de marzo de 2008

Tiro con Arco, la sorpresa de una afición escondida.

Todas las personas nacemos con el ansia de ser los mejores en algo. En destacar del resto de los mortales y elevarnos sobre la normalidad en base a nuestras capacidades naturales. La verdad es que conseguir esto entre los más de seis mil millones de seres humanos, solamente lo logran unos pocos en cada generación.

Con el tiempo la madurez va marchitando tus sueños etéreos de juventud, sueños de gloria y sacrificios supremos con una recompensa inherente en forma de riqueza o fama de forma tacita y sin ninguna duda. Y te acostumbras a medir tus pequeñas virtudes en un contexto más cercano al suelo, a la dura realidad que te ajusta el ego a punta de decepciones.


Por ello cuando, siguiéndole el juego a mi querida Agueda, me apunté a un curso de Tiro con Arco en el club Rivas Vaciamadrid mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que no solamente me causaba una profundo placer la práctica de este deporte sino que además se me daba bien.

Bueno, cuando digo que se me da bien he de matizar que el menda que escribe estas líneas ya ha dejado atrás la treintena, tiene un sobrepeso de más de 25 kilos y siempre ha tenido una puntería absolutamente pésima. Por lo cual el que me sea natural el mejorar continuadamente mi capacidad de acierto (agrupación) no solamente me sigue resultando sorprendente sino que me cubre ese necesidad de ser “diferente” que todos llevamos en nuestro interior y con la que he abierto esta primera entrada del blog.


Por último esta afición ha llenado un agujero que llevo arrastrando desde mi más tierna juventud y no es más que la competición. Soy un animal de competición, me gusta medirme con otros concursantes, pelearme por llegar lo más delante posible o el conseguir alcanzar mis objetivos. Y en el tiro con arco no solamente te mides con las habilidades y puntuaciones de otros competidores sino que sostienes una lucha personal muy intensa buscando la perfección en la ejecución de la técnica con el objetivo final de que tus flechas se claven lo más cerca del centro de la diana.

1 comentario:

Unknown dijo...

Eres el estereotipo del deportista, que pose, que lineas.

Ni el canon de Damocles,mucho mejor que el David

:D :D